En esta entrada planteamos como profesionales de la salud, que tener presente para dar terapia on-line.
¿Cómo puedo dar terapia on-line?
El enfoque tradicional de atención en psicología clínica ha permanecido mucho tiempo intacto y funcional. Han pasado años, innovaciones, renovaciones que han atravesados diferentes disciplinas científicas y de salud, pero el marco de atención de la psicología permanecía inmutable, porque, de alguna manera resultaba funcional.
Actualmente, se torna imposible permanecer inmóvil a los cambios que están modificando la intervención en salud mental. Uno de estos cambios, es la terapia online, que está recibiendo cada vez más atención y se promueve por sistemas de salud de países como Brasil, Colombia, Perú, el Reino Unido o Estados Unidos. ¿Por qué es prioridad en el sistema nacional de salud? Para facilitar que la demora en atención presencial no permita atender urgencias.
Actualmente este tipo de práctica está siendo cada vez más utilizada. Aunque aún hay muchos profesionales que se rehúsan a implementarla.
Esto se debe a varias razones, entre las principales cabe destacar la escasa investigación, y por ende de formación en carreras de grados y posgrado que aporten competencias digitales. Esta situación ha llevado a una serie de mitos y prejuicios sobre el uso de esta práctica, sumado a la inseguridad de implementarla sin contar con la suficiente formación. Para conseguir que tanto los pacientes como los profesionales vean internet como una herramienta para el tratamiento, desde cibersalud formación queremos aportar conocimiento sobre algunas cuestiones básicas.
¿Qué necesito saber antes de ofrecer servicios de terapia on-line?
Fundamental, aspectos de privacidad y protección de datos. Al trabajar online cualquier intercambio video, mensajería o documentos puede dejar expuesto el proceso de atención a la salud mental. Estados Unidos ha legislado respecto a las características que deben tener las plataformas de servicios de salud mental online.
En el caso de la terapia on-line el consentimiento informado que firma el paciente antes de iniciar el tratamiento, donde se le explica todo lo relativo a la terapia, debe incluir además que tipos de datos se recogerán, cómo se los tratará y por cuento tiempo. También, en esta modalidad de intervención se debería incluir aclaraciones como, que durante el desarrollo de la sesión solo estarán presentes el profesional y el paciente.
Aunque en la consulta presencial esta es una variable obvia y de fácil control por ambas partes en la terapia virtual esto debe ser especificado y cumplido, ya que es una variable más fácil de vulnerar. Por motivos de confidencialidad y privacidad y por cumplimiento de reglamentos de ética profesional tanto profesional como paciente deben comprometerse a cumplir y garantizar este requisito para no vulnerar la privacidad de la sesión.
Finalmente, también se debería especificar el método de pago. Esta modalidad de intervención ofrece nuevos métodos de pagos, tarjeta, transferencias o plataformas especializadas y es óptimo que quede clara la modalidad desde el inicio.
Una vez iniciada la terapia online…
Nos hemos informado y tenemos claro cómo empezar a brindar este servicio. Ahora una vez iniciada la sesión debo prestar atención a una seria de cuestiones para desarrollarla de la manera más confortable y segura para el paciente. En el consultorio garantizamos esto para nuestros pacientes y en esta modalidad este derecho debe garantizarse y las condiciones deben mantenerse. Por eso, es importante instar y explicar al paciente lo importante que es que se encuentre en un lugar tranquilo, alejado de otras personas. Lo mismo para el terapeuta, las sesiones deben desarrollarse desde el despacho o desde un lugar seguro donde terceras personas no puedan escuchar o intervenir.
¿Cómo atravesar la barrera del no contacto?
Este es uno de los interrogantes más frecuentes del profesional a la hora de plantearse ofrecer este servicio. Esto es comprensible si consideramos que la formación académica, pensada para el espacio presencial, enfatiza en la importancia del lenguaje no verbal. Sin embargo, esto no es obstáculos a la hora de la terapia online, o al menos, es sorteable.
El lenguaje no verbal, se puede complementar con el impulso a enriquecer el lenguaje hablado. En este sentido, el psicólogo debe impulsar al paciente a que describa detalladamente las vivencias que narra, si considera que el lenguaje no verbal puede aportar información relevante.
Por ejemplo, el paciente relata que la situación le provocaba un malestar aquí (señalando su estómago). La intervención iría destinada a conocer esa parte del cuerpo ¿Dónde sientes ese malestar? ¿Cómo describirías la sensación que te produce?
¿Qué ventajas / desventajas supone la terapia on-line para el paciente?
Este tipo de terapias pueden ser particularmente conveniente para determinados tipos de trastornos, ansiedad, fobias, depresión, donde el domicilio genera cierto confort. Además, los beneficios pueden ser mayores para aquellos a quienes les cuesta establecer exponer su vivencia ya que se otorga cierta seguridad al no estar cara a cara. De este modo se puede acortar el tiempo para establecer la alianza terapéutica para aquellos pacientes particularmente “difíciles o reservados”.
Resulta beneficioso para quienes ya se han iniciado en terapia y han establecido una alianza y por diferentes razones el paciente o el terapeuta deben cambiar de domicilio. La posibilidad de continuar el proceso terapéutico sin interrupción es fructuoso ya que de lo contrario el paciente no solo debería interrumpir la terapia sino comenzar de nuevo el proceso con todas las complicaciones que eso conlleva.
Como principales desventajas podemos considerar la dificultad del paciente para acreditar la validez del profesional que lo atiende, la falta de profesionales calificados para brindar este tipo de atención. La confidencialidad que podría verse vulnerada cuando no se utilizan plataformas adecuadas. Las limitaciones en la actuación frente a situaciones de emergencia y la disminución de los elementos de la comunicación no verbal.
Post coordinado por Vanesa Perez, cofundadora de Cibersalud.
Referencias:
Baena, A., Quesada, M., & Vogt, F. (2008). La e-psicología: posibilidades y limitaciones de las tecnologías de la información y de la comunicación en la terapia a distancia. Revista de psicoterapia, 19(73), 120.
Distéfano, M. J., Mongelo, M. C., OConor, J., & Lamas, M. C. (2015). Psicoterapia y tecnología: implicancias y desafíos en la inserción de recursos innovadores en la práctica clínica argentina. Revista electrónica de psicología Iztacala, 18(4), 1342-1362.
Soto-Pérez, F., Franco, M., Monardes, C., & Jiménez, F. (2010). Internet y psicología clínica: Revisión de las ciber-terapias. Revista de psicopatología y psicología clínica, 15(1), 19-37.
Me parece interesante y muy oportuno este programa de terapias online más en estos tiempos de contingencia, Excelente.
Totalmente de acuerdo,
Hay terapias que pueden ser igualmente efectivas en determinados trastornos o problemas.