El 10 de Octubre, día Mundial de la Salud Mental, se centra este año en la prevención del suicidio. ¿Qué retos implica la atención a la salud mental para profesionales? Las cifras que se manejan en la afectación a la población probablemente se quedan cortas frente a la magnitud del problema y sus implicaciones sociales. En aplicar el uso de la tecnología para la atención a la salud mental, se argumenta que permite un tratamiento de cobertura y alcance masivo a la población, como se presenta con casos en el Congreso Iberoamericano en Ciberpsicología. La formación continua atañe no solamente a profesionales, para capacitarlos en nuevos avances y estrategias, sino también a la población en general.
Como señalaba la Organización Mundial de la Salud (OMS), las comunidades desempeñan una función crucial en la prevención del suicidio. Pueden prestar apoyo social a los individuos vulnerables y ocuparse del seguimiento, luchar contra la estigmatización y apoyar a quienes han perdido a seres queridos que se han suicidado. Para dicha labor tienen que estar informados, y tener procolos de actuación.
Si el año 2000 la propia OMS trataba cómo los medios de comunicación podían desempeñar un rol importante, actualmente la tecnología es clave. No solamente para detectar y prevenir, sino para facilitar una labor colectiva.
Por ello, conviene recordar en el Día de la salud mental, una formación continua es necesaria tanto para profesionales como para agentes sociales. La tecnología puede elaborar patrones de tendencias, y facilitar mensajes en positivo. Pero de base se requiere la acción humana. en este sentido, es necesario estructurar protocolos que integrando formación y tecnologías, ayuden no solo prevenir. En una sociedad interconectada, la salud mental prima que se trate de manera transversal a lo largo de toda la formación, y en el transcurso de la vida.