Luis Ernesto Salinas, consultor del programa de Ciencia de Datos en Salud del Banco Mundial, comparte un interesante informe en aprovechamiento de la tecnología para abordar la salud mental.
“Harnessing-Technology-to-Address-the-Global-Mental-Health-Crisis“, de la autoría de Amirali Batada y Rene Leon Solano, explora tecnologías para tratar problemas de salud mental como la depresión o el suicidio. En cifras una de cada cuatro persones sufrirá problemas de salud mental a lo largo de su vida. Casi 300 millones de personas sufren depresión, mientras que provoca cerca de 800,000 muertes por suicidio. La falta de suficientes profesionales de salud mental, unido al estigma asociado a problemas mentales o la ausencia de intervenciones integradas afectan a la recuperación.
La enfermedad mental no solamente afecta a quienes la sufren. Las estimaciones mundiales sugieren una pérdida de producción económica anual de US $ 2.5-8.5 billones derivada de trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias, mientras que esta cifra se proyecta casi al doble para 2030. Es un problema social, y las tecnologías pueden contribuir a su abordaje integrador.
¿Por qué las tecnologías pueden mejorar el acceso a los servicios de salud mental?
Los autores proponen varios ejemplos, entre ellos:
Mejorar el acceso a tratamientos de calidad.
Las tecnologías permiten acceder a los servicios de salud mental digital a la conveniencia de pacientes, siendo una alternativa a los largos tiempos de espera para recibir apoyo de salud mental. Y de todas formas, algunas herramientas incorporan avisos para alertar a los profesionales humanos en casos de alto riesgo.
Capacidad de escalamiento y acceso a factores que promueven la salud.
Para abordar la escasez de profesionales de la salud mental se puede capacitar a trabajadores de la salud no especializados en estrategias de diagnóstico, apoyo y tratamiento para enfermedades mentales. Las plataformas de aprendizaje digital podrían aprovecharse para acelerar y escalar la finalización de la capacitación en salud mental. Contenido de calidad, incluido el Programa de Acción por la Brecha en la Salud Mental (mhGAP) de la Organización Mundial de la Salud, podría ofrecerse a través de plataformas digitales.
Asociaciones junto a instituciones académicas podrían integrarse para mediante la creación de habilidades, facilitar la acreditación (por ejemplo, micro-credenciales) y la certificación y los programas de carrera.
Incluir la tecnología será clave para enfrentar el desafío de la salud mental global.
Las innovaciones pueden catalizar y amplificar resultados positivos en entornos con recursos limitados, aunque se basan en la infraestructura tecnológica subyacente. Aunque estas innovaciones no son una panacea, pueden ser una fuerza impulsora para escalar las capacidades de proveedores no especializados y ofrecer nuevas formas de apoyo para la salud mental.
El documento plantea algunas de las soluciones actuales, y sirve de guía tanto para profesionales de política pública, profesionales de la salud mental o empresas que desarrollan soluciones.
Señalan los autores que puede ser necesario un cambio cultural para permitir la adopción de estas nuevas herramientas entre poblaciones más amplias. A pesar de los variados desafíos esperados, la aplicación de estas tecnologías es promisoria, con la esperanza de lograr tratamientos oportunos, de bajo costo y de calidad para los millones de personas afectadas por enfermedades mentales en todo el mundo.
En este espacio, en continua evolución, señala Luis Ernesto Salinas la importancia de comprender la salud mental en el contexto actual: transformación digital, sostenibilidad, millenial y centenials, etc.; y segundo construir una oferta de salud mental para este contexto.
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